Capítulo 3: Amistad y humildad
Marta y Laura continuaron andando
hasta que llegaron al pueblo más cercano. Se dirigieron a la
iglesia. En la puerta esperaba el amigo de Javier.
-¡Tío!-dijo él-, ¡cuanto tiempo!
-Mucho tío-dijo Javier-, estamos en
un apuro.
-¿Quién es?-dijo el chico.
-Am perdona-dijo Javier-, Marta él es
Benito un colega.
-Hola, encantada-dijo Marta.
-Igualmente-dijo Benito-, contadme lo
que ha pasado.
-Será mejor que te lo cuente en un
lugar más seguro-dijo Javier.
Los tres se dirigieron a un lugar más
apartado. En ese momento, Carlos y Fran, los dos secuaces de Arturo,
se pusieron a investigar la zona en la que estaba aparcado el coche.
Decidieron preguntar a los vecinos si habían visto algo.
-Creo-dijo Arturo-, que ese es el
lugar donde vive la chica.
-¿Cómo lo sabes?-dijo Carlos después
de regresar con Fran.
-Porque tenemos imágenes de la cámara
de seguridad de un garaje donde a él se le ve salir de su casa solo.
Lo más seguro es que fuese a buscarla.
-Tiene sentido-dijo Carlos.
-Tenemos que buscar a alguien que
conozca a la chica y daremos con su familia-dijo Arturo.
Mientras, Marta y Javier ponían al
día a Benito en su problema.
-La verdad es que es un tema bastante
chungo-dijo Benito-, además estáis a 360 kilómetros de Cádiz.
-Necesitamos llegar sea cómo sea-dijo
Javier.
-Os voy a ayudar-dijo Benito.
-No-dijo Javier-, no quiero que te
pase algo por mi culpa.
-Sabes que me da igual lo que sea por
ayudarte tío-dijo Benito-, ahora escuchadme. Tenemos que ir por una
ruta que hay cerca de aquí, donde hay un río. Allí está mi novia,
que nos acompañará hasta la pensión que tiene su madre. Allí
podremos trazar un plan.
-Muchas gracias Benito-dijo Marta.
Los tres se pusieron en camino. En ese
momento sonó el timbre de casa de Andrea: eran Carlos y Fran. Los
dos entraron en la casa tirando a Andrea al suelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario